Por César Cárdenas “¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!”, decía el comediante neoyorquino Groucho Marx, y no tengo dudas sobre la veracidad de sus palabras. En esta ocasión, estimados lectores y con motivo de esta maravillosa frase, quisiera exponer ante ustedes una problemática monetaria para ilusionistas: ¿qué pasaría si el dinero perdiera, de pronto, todo valor y pasara a un inexistente segundo plano? Más allá de pensar en si podríamos quedarnos o no sin servicios básicos, me gustaría profundizar más en el manejo del tiempo. Una gran parte del tráfico dejaría de existir, no habría prisa por llegar a ningún lado. Algunos locos seguirían produciendo materiales creativos por mera pasión, pero el estrés de grandes urbes como la chilanga, se vería casi extinguido. Habría más tiempo para discutir, para amar. Desaparecerían los coitos mañaneros raudos porque no habría jefe al cuál presentarle excusas; los humanos se preocuparían más por la...
Rarezas para el trotamundos indiscreto.